La disolución del vínculo matrimonial es, casi siempre, el punto final a un largo período de discusiones, desamor, decepciones, frustraciones y dolor.
Por esta razón, a muchos les cuesta recuperarse de un fracaso matrimonial y descartan toda posibilidad de tener una nueva relación. Este ritual sirve para olvidar los malos momentos vividos, para alejar recuerdos que han terminado por convertirse en bloqueos.
OBJETOS NECESARIOS
Una foto (o fotocopia) del ex cónyuge
Un trozo de papel viejo (de periódico, de una revista, etc.)
Tres o cuatro tazas de arena, muy seca
Un frasco de alcohol
Un plato sopero blanco, nuevo
Un frasco de agua de colonia
Para que la arena esté bien seca, conviene dejarla durante dos o tres días al sol, guardándola cuando caiga la noche. Es mejor utilizar una fotocopia en lugar de la fotografía; ésta debe ser lo más pequeña posible.
Ritual
• Envolver bien la foto dentro del papel viejo.
• Poner el paquete sobre el plato, en el centro.
• Cubrirlo totalmente de arena, haciendo que ésta quede como una montaña, con el pico en el centro.
• Echar sobre la arena un poco de alcohol.
• Acercar una cerilla a la arena. Conviene hacer esta operación en un lugar al aire libre o, si esto no fuera posible, poner el plato dentro de una pila grande para eliminar el peligro de que el parqué o cualquier otro objeto puedan arder.
• Cuando la arena se apague por sí misma, dejar enfriar el plato y luego meterlo en una bolsa.
• Arrojar el plato en el mar, o en un río, pidiéndole a Yemanjá que ayude a olvidar el fracaso y permita la entrada de otro amor.
• Enterrar el plato cerca del lugar.
• Al día siguiente, llevar un frasco de colonia y vaciar su contenido en el río o en el mar, en el lugar donde se haya arrojado la arena y la foto.