Es uno de los santos mas portentoso que ha existido, habiendo conocido todos los extremos de este maravilloso mundo, que lo llevo a procurarse sabiduría de la que pocos hombres pueden sentir suficiencia.
Antes de que San Cipriano fuese cristiano, fue un gran estudioso y practicante de la magia y ciencias ocultas, su fama fue grande desde muy joven y su poder era reconocido en toda la tierra de anatolia, conocía los secretos de las plantas, de los metales, de los astros y las veladoras. Elaboraba poderosas pociones en las que lograba dominar espíritus y muertos, convirtiendo a Cipriano en uno de las más grandes nigromantes de la antigüedad.
Ingredientes:
4 velas de S. Cipriano4 velas rojas
4 velas negras
4 velas blancas
1 fluìdo S.Cipriano
7 varas de membrillo
1 sahumerio en conos S. Cipriano
1 botella de aguardiente o caña tipo ombù.
Se requiere tranquilidad y paz interior y un ambiente calmado en su recinto. Ponte frente al altar con los ojos cerrados y reza 3 Padre Nuestros con mucha devociòn.
Mientras tanto enciende una vela S. Cipriano en cada esquina de su altar (a modo de protecciòn del lugar) Tome las varas de membrillo y pàselas por tu cuerpo, sacudiendolas sobre el suelo, pidiendo la liberación de todo mal, de toda hechicería, que ha cerrado sus caminos.
Con la tijera ritual, corte el aire en forma de cruz desde la altura de la cabeza hasta los pies. Limpiate primero con las velas rojas encendidas, luego con las blancas y despuès con las negras, quebràndolas cada vez a sus pies. Colòquese fluido en las manos y haga una descarga final. Coge los conos y usalos en tu casa durante 2 semanas, igual que el fluido. Despúes de consumidas las velas de las esquinas, lleve los restos a una esquina y vacìe el contenido de la caña sobre las mismas.