Termine y empiece el año reconociendo sus bendiciones, y cultivando el hábito de la gratitud.
Para este ejercicio necesita un puñado de 50 o más objetos relativamente pequeños que sean de su agrado. Pueden ser piedritas, conchas de mar, o incluso frijoles. Idealmente elija algo que dure todo el año intacto.
Prenda sus velas favoritas y quizás aceites esenciales que lo llenen de paz. Siéntese en el suelo rodeado de las velas y ponga sus objetos al frente. Cada objeto representará una bendición en su vida con la cual esté agradecido o que desee manifestar el año entrante.
Tome el primer objeto que representa una bendición recibida este año que pasa y agradezca en voz alta (por ejemplo, “gracias por mi trabajo,” “gracias por la salud de mi familia”). Continúe así con todo lo recibido. Cuando esté satisfecho con la lista, tome otro puñado de sus objetos e imagínelos rodeados de luz.
Tenga fe que cada objeto está rodeado e impulsado con la luz creadora. Siga el ritual uno por uno agradeciendo las bendiciones que desea recibir en este año nuevo (por ejemplo, “gracias por mi nuevo trabajo,” “gracias por mi salud restaurada”).
Al terminar, concéntrese en los objetos y véalos vibrar con la luz blanca mientras dice en voz alta, “esto o algo mejor se manifiesta en mi vida de la manera más conveniente para todos los involucrados.”
Coloque sus "bendiciones" en un lugar especial donde pueda verlas todo el tiempo durante el año.
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