Las “quemas” son ceremonias simbólicas en las que se conjura el mal y las fuerzas negativas. Son más pequeñas que las fogatas u hogueras medievales. Simplemente esta práctica consiste en quemar un único ingrediente sobre un recipiente apropiado (un cenicero metálico, por ejemplo), y tirar las cenizas a un curso de agua. Según sus necesidades, usted puede realizar los siguientes tipos de quemas:
Para eliminar malas vibraciones en el hogar: Queme un pellizco de algodón embebido en colonia y perfume los ambientes.
Para ahuyentar espíritus: Queme una ramita de artemisa durante el amanecer de un lunes.
Para evitar robos: Queme una ramita de azafrán cerca de la puerta de entrada a su hogar.
Para romper con la mala suerte en un comercio: Queme incienso de benjuí en el local.
Para protección personal contra daños: Queme tres ramitas de canela un sábado al amanecer.
Para combatir ataques de pánico: Queme un trocito de madera de cedro. Esto también lo ayudará a prevenir el insomnio.
Para que no se hable mal de usted: Queme cinco clavos de olor durante un día de Luna Nueva.
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