Encienda el fuego, preferiblemente con madera de eucalipto. Fije la mirada en él y luego repita en voz alta:
“Purifico
mi cuerpo, mi alma y todo mi Ser con este fuego para que queme con su
poder cualquier dolencia y me libere de las impurezas que estén
afectando mi integridad física”.
Una vez que haya
terminado, recoja un trozo de la madera ya reducida, y arrójela al
agua. Trate de visualizar, ahora, que se encuentra en perfecto estado
de salud, libre de enfermedades.
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