En la antigüedad, la luna era
considerada la más poderosa deidad femenina. Su imponente figura
todavía se asocia a la mujer y su maternidad. Además, su destello de
luz en el paisaje nocturno es una de las imágenes más románticas que
pueden existir, sobre todo si la disfrutamos junto al ser amado.
La
figura redonda y plateada de la luna llena simboliza a la mujer en su
máxima plenitud y le da una especial fe hacia la Reina de los Astros.
Por eso su noche de aparición es el momento propicio para que la
también llamada Madre de las Brujas brinde toda su energía hacia el
cumplimiento de nuestros más anhelados sueños.
Dentro de los rituales a la luz de la
luna llena, el amor tiene un lugar preponderante. Con un cumplimiento
estricto de los pasos y mucha fe en Nuestra Diosa, podemos lograr desde
que nos acepte la persona amada y florecer la relación hasta hacer que
dure toda la vida.
En esta
ocasión les traemos la receta de un bello ritual lunero para el amor
eterno. Pónganlo en práctica y verán cómo ustedes y sus parejas se
sentirán más enamorados que nunca.
Alrededor
de un plato liso de porcelana blanca coloquen tres velas blancas en
forma de triángulo equilátero, rodeadas a su vez de jazmines, claveles y
flores de azahar.
Luego,
enciendan una varilla de incienso con olor a rosas y digan las
siguientes palabras: “Mi San Antonio Casamentero, yo quiero que siempre
nos hagas felices A mí, que soy (su nombre) y a (el nombre de su
amado). ¡Que nuestra unión sea para siempre muy feliz!”.
Cuando
hayan repetido el conjuro siete veces, pongan la fotografía de su
pareja encima del plato hasta que las velas se consuman. Inmediatamente
después hay que recoger las flores y la cera que ha caído con la mano
derecha y limpiar el plato con la izquierda.
Una
vez que hemos guardado la foto en un lugar privado y seguro,
coloquemos los residuos en un papel blanco y botemos el paquete a un
lugar con agua y/o lo más lejos posible de donde han hecho el ritual
(se recomienda que sea en casa).
Esto
pueden hacerlo cuando la luna llena está en su apogeo y repetirlo
semanalmente (el mismo día y a la misma hora) hasta que se cumpla un
mes. Mejor aún si al terminar le llevan flores y velas a San Antonio,
rezándole en un altar doméstico o el de la iglesia.
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