LOS HECHIZOS CON ESTOS OBJETOS SON SUMAMENTE PODEROSOS PORQUE TIENEN DOS EFECTOS: ACTUAN RECHAZANDO ENERGIAS Y A SU VEZ, ABSORBEN TODOS LOS DESEOS PERSONALES QUE LA BRUJA PROYECTE EN ELLOS.
El espejo es un elemento de por si mágico y misterioso. Es como una puerta divisoria entre dos mundos, que nos enfrenta cara a cara con una realidad que esta del otro lado. Nos devuelve una imagen parecida pero que, misteriosamente, nunca es exacta al objeto que refleja. Gracias a su poderoso magnetismo ha sido utilizado en la magia desde la antigüedad, pero quienes no pudieron controlar la fascinación de su misterio quedaron atrapados al otro lado del reflejo, como Narciso, sin poder regresar al mundo real.
Se sabe que un espejo roto trae siete años de mala suerte. Tambien se conocen varios casos de improvisadores que, incursionando sin técnicas controladas en el mundo de los reflejos, fueron sorprendidos por espeluznantes y diabólicas apariciones en las superficies espejadas. Iluso aquel que piensa que un espejo o un estanque de agua, solo le devuelve la replica de una imagen.
Los espejos guardan secretos, son puertas que solo los altos brujos y brujas pueden atravesar, absorben energias, las procesan y las expulsan nuevamente. Pero, también, pueden actuar como muros invisibles, escudos impenetrables que repelen las ondas energéticas. No se asuste, el Universo de los espejos es vasto y complejo pero, si se aprende gradualmente su arte , nada hay que temer; y con la practica podrá sacar provecho de un caudal insospechado de poderes.
LA LEY DE LA REFLEXION
La imagen reflejada en el espejo se comporta de una manera inversa con respecto a su imagen de origen. Esta relacionada con la energía lunar, capaz de reflectar también la luz del sol de manera mas o menos perfecta. No es casual, en este sentido, que exista una afinidad histórica entre espejos y el mundo femenino. Tal como la luna llena y la energía femina que ella regula, los espejos tienen el poder de atraer hacia si y luego repeler.
Los chinos ya lo sabían, tenían la costumbre de colgar pequeños espejos en las casas que actuaban como cebos: los espiritus maléficos tentados por su magnetismo huian despavoridos al verse reflejados en ellos.
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