En el cubo de fregar pondremos agua muy caliente, un vaso de vinagre, un vaso de sal, un vaso de infusión hecha con un puñado de ruda y otro de perejil fresco, lo mezclaremos bien y fregaremos la casa «a mano», renovando el contenido del cubo, cada vez que debamos repetir la operación en cada habitación.
Potenciaremos su efecto si también limpiamos con el indicado líquido las partes bajas de los muebles y el alto de librerías y armarios.
Siempre que efectuemos esta práctica mágica debemos hacerlo de forma muy relajada y concentrados.
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