Toma un anillo que siempre utilices y en una noche de luna llena, colócalo dentro de una habitación en el rincón norte de la misma.
Rodea el anillo con una piedra de cuarzo, y un poco de tierra.
Toma luego una concha marina (si no tienes puedes usar un platillo) coloca el anillo dentro, cúbrelo con agua y coloca una pizca de sal marina o sal gruesa.
Enciende una vela azul y arroja unas gotas de cera caliente al agua diciendo:
“Protección es todo lo que pido.
Protección es todo lo que tengo.
Nada puede tocarme si os llevo conmigo. Desata fuego y oscuras aguas sobre quien ose un desafío.
La protección es con mi anillo, la gracia está conmigo.”
Una vez realizado el conjuro, saca el anillo en el platillo o concha y ponlo bajo la luz de la luna. Deja quemar la vela, cuando se apague, ya puedes utilizar el anillo.
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