Cada
vez que enfermamos, opera en nosotros una sensación de impotencia y
frustración que no podemos superar. Muchas enfermedades obedecen a
estados de alteración que somatizamos con una disfunción orgánica. De
sobra es sabido que los disgustos producen ulceras de estomago, que el
estrés afecta al corazón, etc.
Lo
primero que tenemos que hacer es ponernos en orden con nosotros mismos y
tener pensamientos positivos, tenemos que apreciarnos y apreciar
nuestro cuerpo por encima de todo. Si equilibramos las energías, todo
funcionara mejor. Una actitud positiva ante la enfermedad supone una
curación rápida y además vamos a ayudarnos con el siguiente ritual.
Materiales necesarios
- Una fotografía tuya de cuerpo entero
- Una vela Blanca en la que hayas escrito, desde el centro de la vela hacia abajo, tu nombre. Puedes escribirlo con un alfiler.
- Dos ramas de olivo
- Un pañuelo
- Alcohol de quemar
Sitúa
la fotografía al lado de la vela. Enciende la vela (con cerillos de
madera) y coloca las ramas de olivo en forma de cruz, encima de la
fotografía. Mira intensamente la fotografía, e imagínate lleno de salud y
vitalidad. Permanece así durante algunos minutos. Con ese pensamiento
envuelve la fotografía, junto con la rama de olivo, en el pañuelo.
Guárdalo por tres días en un cajón donde nadie pueda verlo ni tocarlo.
Cada noche, al acostarte, imagina que estas envuelto en algo que te protege de todo mal y que nada ni nadie podrá contra ti.
Desenvuelve
la fotografía, mírala intensamente y envuélvela de nuevo. Vuelve a
imaginar que estas protegido y que nada ni nadie puede hacerte daño.
Duerme en paz y no dejes que ninguna noticia negativa pueda perturbarte
ni alterar tu equilibrio y tu paz.
Pasados los tres días, abre el pañuelo. Quema las ramas de olivo con alcohol y deja que el viento se lleve las cenizas.
Este ritual puedes realizarlo siempre que lo estimes oportuno.
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