Elementos necesarios: necesitarás dos pequeñas piedras iguales de cuarzo o lapislázuli, una vela roja y una vela blanca, una fot de la pareja de tamaño postal, un lápiz de color verde, y fósforos de madera.
Lugar y momento: entre las 12 y las 24 horas de la partida de tu pareja, en tu habitación o la que compartís ambos.
Complemento opcional: tu alianza u otra joya que te haya regalado.
Realización del ritual:
Pon la vela blanca a la izquierda y la roja a la derecha. Coloca entre ellas la fotografía y encima la alianza o joya, si la tienes. Pon una piedra frente a cada vela, y enciéndelas con el mismo fósforo de madera.
Concéntrate intensamente en tu felicidad amorosa, e imagina cómo ésta se intensificará a su regreso. Luego retira la joya, en su caso, y gira la fotografía boca abajo. Coloca sobre el dorso las dos piedras, cuidando de no confundirlas, y traza un círculo bien cerrado a su alrededor con el lápiz verde. Concéntrate durante unos minutos en tu deseo de que tu pareja te lleve siempre en su corazón, y luego apaga las velas.
Al despedir a tu pareja, entrégale la piedra de la vela blanca, para que la lleve consigo. GUarda la otra piedra y tenla siempre contigo mientras dure su ausencia.
Resultados: con este sortilegio ambas piedras están cargadas magnéticamente con la magia de los colores, encendida por la llama de las velas: el blanco le dará a tu pareja inocencia y pureza; el rojo emitirá la intensidad de tu amor; y el círculo verde es un símbolo de buena esperanza y de conservación.
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